Para muchos de nosotros, lo que comemos y cómo comemos es un componente importante del cumplimiento de las costumbres sociales y / o rituales religiosos o ambos. La comida es la pieza central de la hospitalidad y la celebración. Sin embargo, como todo lo que posee, aunque todas las tarifas puede ser admisible para el mal y para bien. Lo que comemos puede nutrir nuestro cuerpo y nos dan la fuerza o puede causar daños incluso cuando es fresca y cocinada adecuadamente. Con todo el bombo sobre cientos de publicar "perder peso", como las dietas de baja grasa, proteína de alta, baja en carbohidratos, alimentos crudos, y recetas de la dieta de todo tipo con las píldoras de dieta como Hoodia y Phentermine, quemadores de grasa y similares, las personas gastan miles de millones cada año en programas de pérdida de peso que ayudar a arrojar unas pocas libras con la mayoría de recuperar su peso después de unos meses. Por otra parte, el hecho de que los libros de la dieta parece tener la parte superior de las listas de libros más vendidos cada mes es un claro indicio de que sigue existiendo un gran interés público en la pérdida de peso.
Comer en exceso es uno de los problemas más difíciles de superar. Surge de una adicción al azúcar. A diferencia de la dependencia química, el azúcar es una sustancia que necesitamos. No podemos eliminar de nuestra dieta y esperar vivir más de unos pocos días. Por lo tanto, debemos desarrollar una actitud especial hacia la comida, si vamos a tener alguna esperanza de controlar nuestro consumo. Es hora de pensar simplemente delgada. ¿Alguna vez has notado alguna gente delgada en su vida? Me refiero a los tipos que no parece tener ninguna dificultad para controlar sus apetitos. No se quede con el buffet como las personas que no han tenido una comida en tres días. De hecho, a menudo parece que no le importa nada la comida. Como escritor, he entrevistado a un número de esas personas y he encontrado que todos tenían una diferencia fundamental en su relación con los alimentos que los que tienen sobrepeso. La diferencia está en comer para vivir y no vivir para comer.
Para continuar, mientras que es genial estar de atletismo con un programa de ejercicio diario y comer cosas sanas, hay muchos que por diversas razones no puede ir mucho más allá de la vida sedentaria. Por lo tanto tenemos que mirar más qué y cuánto comemos y traer a nuestros apetitos de ser acorde con las necesidades de nuestro cuerpo. La idea del ejercicio, vital, mientras que en el esquema de las cosas, es un tema aparte con el propósito de esta discusión. Por lo tanto volvemos a la persona delgada para averiguar cómo él / ella piensa que con el fin de aprender a pensar delgada. Una cosa que me enteré de las personas delgadas es que ven la televisión comercial poco o nada. Si usted ve la TV bastante usted da hambre porque hay imágenes, tanto obvio y lo sublime, de las personas que comen alimentos apetitosos ser lanzado en que en los comerciales y en la muestra. Otra cosa es que la gente delgada que he entrevistado mantenerse ocupado con los proyectos y lejos de las imágenes de los sonidos y las personas que estimulan el deseo de comer.
En conclusión, la idea de perder peso es una cuestión de evitar la tentación. Tratar de resistir la tentación de comer allá de nuestras necesidades es como tratar de detener a un elefante en estampida porque tenemos esta lucha constante con nuestro animal interno y el hambre es una de las tres grandes impulsos. El animal no sabe cómo contar calorías y no se preocupan por las consecuencias imprevistas de atracones de comida. Por lo tanto, evitar la tentación es la única manera de ir. Podemos conseguir este comportamiento de evitación por mantenerse alejado de la televisión comercial y teniendo un interés en proyectos que no implican una gran cantidad de almuerzos y cócteles. Por último, sería útil para acercarse a la gente delgada en su vida y conocer más acerca de cómo su relación con los alimentos es diferente a la suya. Entonces podemos trabajar para aprender a decir "no" a la alimentación.
